No sin complicaciones inherentes a un nuevo producto. Este hecho conlleva a un conocimiento exhaustivo del producto y su posterior mejora. También permite a la compañía poder dar asesoramiento a sus clientes. Rompiendo así el mítico tabú que existía acerca de este tipo de cerramiento. A partir de este momento, cualquier cliente (de la dimensión que fuere) gracias al asesoramiento de Grifell Pons, podía crear complejas estructuras de fachadas.
Así durante los años posteriores se han realizado innumerables proyectos de muro cortina con diferentes niveles de complejidades y dimensiones. Ganando incluso proyectos a gamistas de renombrada fama. Como obras emblemáticas, podemos mencionar la Bolsa de Argel, así como la sede central de unos de sus principales bancos.